lunes, 19 de septiembre de 2011

La venganza del Rey: Capitulo 6


Culpable. Así te sientes cuando no sabes si estás haciendo lo correcto. Así se siente ella. Ha seguido a hurtadillas a su amiga. Tan solo quiere protegerla por si ese chico con el que está tan obsesionada es peligroso aunque, más bien, parece que la esté espiando. Pero no, no es James Bond en busca de nuevas aventuras, es Ainhoa y está preocupada por su amiga. Recuerda al chico de la foto. Esa sonrisa no puede ser de mala persona, pero esa cicatriz en la ceja quiere decir que se ha peleado alguna vez que otra. Además, en la discoteca dijo algo sobre que casi todos sus amigos tenían moto. Moto y macarras van cogidos de la mano y macarras y problemas son palabras hermanas. O sea, que por regla de tres, el chico de la cicatriz es igual a problemas, ¿no? Ojalá que no sea así ya que Noelia está muy ilusionada. Pero su deber como amiga es asegurarse, así que después de haberla seguido y haber recorrido media ciudad a escondidas, ahí está. Detrás de unos arbustos y viendo de lejos como su amiga espera al chico rubio sentada en un banco. Encima no es puntual…



Julio baja de la moto y Erik le da una palmadita en la espalda. El de pelo rapado se aleja con una sonrisa en la cara. Convencido de lo fácil que es engañar a su amigo. Que equivocado está. Erik lleva con la mosca detrás de la oreja desde que Julio le contó que “creía” tener novia y no hay que ser tonto para darse cuenta de que si ha insistido tanto en que no lo acompañe, es porque va a lo que va… Y el incrédulo le ha contado la milonga de que iba a visitar a su abuela. ¿Desde cuando visita a su abuela? Además, juraría que murió hace un par de años. En fin, que si Julio no quiere contarle nada de sus amores, él mismo se encargará de averiguarlo todo. Se supone que confía en él, ¿por qué no se atreve a contarle estas cosas? ¡Es de locos! ¿Acaso le da vergüenza? Él, de estar en su lugar, se lo contaría… En cuanto Erik ve a su amigo cruzar la esquina, aparca la moto y lo sigue a unos metros de distancia. Julio está tan despistado que ni se da cuenta de que le siguen, así que el trabajo de Erik se resulta verdaderamente fácil.
Julio entra en un parque. Erik se esconde tras una fuente de mármol grande y redonda que tiene una escultura de un ángel que sostiene una jarra en el centro. Esto es absurdo. ¿Desde cuando soy yo un cotilla? Pensémoslo bien. Sí, definitivamente esto no es espiar, es asegurarme de que a Julio le va todo bien. No, no me llamaran para ser el sucesor de Daniel Craig. Julio se acerca a una chica que hay sentada en un banco y esta se levanta para recibirlo. Escucha como se mueven las ramas y hojas de un arbusto que hay a su derecha. Será un conejo… Espera. ¿Estoy tonto? Joder no hay conejos en los parques. Erik se gira y allí esta ella. La de los ojos azules. No puede evitar sonreír, al igual que no puede evitar acercarse. Es como el imán del polo opuesto, como si él fuese una ola que va hacia la orilla. Su orilla es ella. Antes de que se de cuenta está tras ella y agachado para que no le descubran los enamorados. Ainhoa está tan pendiente a su amiga que no se ha dado cuenta.
Erik se acerca a su oído y le susurra.

-Niña mala.

Ainhoa, que no se lo espera, suelta un grito. Erik reacciona rápido y le tapa la boca, pero Julio y Noelia lo han escuchado. Las dos víctimas del espionaje miran hacia un lado y hacia otro. Al no ver nada, se encogen de hombros y continúan en su mundo.
Erik se acerca de nuevo al oído de Ainhoa.

-Tranquila. No chilles. Soy yo, el del coche.

Le destapa la boca despacio y ella se gira. Es él. El de su sueño. Tiene el mismo aspecto y por un momento cree estar hipnotizada, pero justo entonces recuerda que el de su sueño no roba coches, ni tapa bocas, ni es luchador ilegal… No, no se parece al de su sueño.

-Que seas tú tan solo me da razones para chillar más.
-¿No te alegras de verme? -Ainhoa niega con la cabeza-. ¿A no?
-En absoluto.

Erik le dedica una media sonrisa y Ainhoa vuelve a su trabajo. Se concentra en los labios de su amiga y en los del chico de la cicatriz, pero al parecer no tiene el don de leer los labios.

-Espiar es de mala educación.
-Lo mío es una buena causa. Ésa es mi amiga -responde sin volverse.
-¿Te gustaría saber lo que dicen?

Ainhoa lo mira con gesto de intriga.

-Dudo mucho que sepas lo que dicen.
-Pero se lo puedo preguntar a tu amiga. ¿Crees que me lo diría si salgo de detrás de este arbusto y se lo pregunto educadamente?
-Te mataría.
-¿Me matarías? Eres muy violenta.
-No más que tú por lo que pude ver la otra noche.
-Yo lo hacía por obligación, en cambio lo tuyo es puro salvajismo.
-El salvajismo no consiste en utilizar la violencia para defenderte sino en utilizarla para ganar dinero.
-¿Quién te dice a ti que lo haga por dinero?
-Lo supongo.
-Pues supones mal.
-Entonces, ¿por qué lo haces?

Erik se queda serio y mira al frente. Ainhoa deja escapar una sonrisa que expresa victoria y se sumerge de nuevo en el mundo del espionaje. Después de un largo tiempo de silencio y de intentar comprender de qué hablan los enamorados, Ainhoa ve como su amiga y el chico rubio salen del parque agarrados por la cintura. Ainhoa se levanta y sus rodillas se lo agradecen tras haber estado un buen rato en cuclillas. Erik permanece en el sitio. Ainhoa lo observa unos segundos. Erik no se mueve. Es de esas personas que cuando piensa algo detenidamente es incapaz de concentrarse en otra cosa. Piensa en Cavallari. Más concretamente, piensa en dejarle. Ese deseo parece calar en él cada vez con más fuerza, pero sigue sin estar convencido. Deja de reflexionar sobre ese tema cuando se da cuenta de que Ainhoa se aleja.

-¡Espera! -la chica obedece y él la alcanza-. Me has preguntado que porqué lucho. ¿De verdad te interesa saberlo?
-Después de que me hayas dicho que no es por dinero, debo admitir que me pica la curiosidad.
-Te lo digo si me dejas que te lleve a un sitio.
-El otro día no me quedaba otra, pero no pienso volver a salir con mafiosos.

Y dale con que soy un mafioso. Empiezo a pensar que a ella también le estoy consintiendo demasiado. Se une al grupo de mis protegidos junto a mi hermana y a Julio. Empieza a caminar de nuevo y entonces lo digo sin pensar y sin pensar tomo de una vez por todas la decisión.

-¿Y si dejase de ser mafioso?

Lo miro y él me sonríe. Me muerdo el labio mientras pienso la respuesta sin dejar de observarlo. Misterioso. Es un chico misterioso. Capaz de ser violento y de detener una guerra con tan solo una sonrisa. Capaz de decirte lo que nunca hubieses imaginado. Capaz de dar contigo aunque este en el último recoveco del mundo. Todavía no se como me ha encontrado… Respondo de manera que no me comprometo.

-Lo pensaría.

Ainhoa reanuda su paso. Erik la sigue y la agarra de la cintura para detenerla. Le susurra

-¿Te paso a buscar cuando no lo sea?

Me envuelve con su voz cálida. De repente recuerdo la leña que arde en la chimenea, la oigo crujir a la vez que también escucho anécdotas de mis familiares. Es la sensación que tenía mientras soñaba. Le obligo a que me deje libre y me giro para verle la cara.

-Por lo pronto sigues siendo un mafioso, ¿no? Sigues siendo el tipo de chico al que me entran ganas de pegarle un guantazo cuando lo veo. Sigues siendo un creído y un chulo. Sigues siendo…

Erik la interrumpe.

-El trato tan solo dice que tengo que dejar de ser mafioso. No exijas tanto.
-Aún no hay ningún trato. Te he dicho que lo pensaría…
-Entonces hay una posibilidad.
-Eso es.
-Con eso me basta.
-Quiero dejar claro que aunque dejes de ser un mafioso, puedo echarme atrás.
-Al final acabarás cediendo.
-¿A sí? -Erik asiente-. Yo no estaría tan segura.
-Confía en mí. Te prometo que acabarás cediendo -le guiña.

4 comentarios:

  1. Me encanta como va la historia, y me dejas super intrigada...

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  2. Gracias por leer, tocaya :D Lo mejor está por pasar.

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  3. Creo que la historia cada vez está más interesante, pero sinceramente, no me gusta Erik. Soy de esas personas que fichan pronto a la gente y él no me da buenas sensaciones jaja.
    Sube pronto el siguiente, me gusta mucho como escribes

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  4. Me gusta verte por aquí, Ana. Supongo que cada uno tiene su opinión jaja
    POSDATA: ¡Tú sí que escribes genial!

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